domingo, 7 de febrero de 2010

Primeros pasos

Parece que después de la tormenta es verdad que llega algo de calma. Pero las historias tienen que comenzarse por el principio y esta no será menos.
Parece que, desde que me dijeron que me concedían la beca CRUE-Santander y de que tras llamar a mi madre para contarle la noticia con un alegre "¡Me voy a Chile!" y ella me contestara "¿Que te vas al cine? ¿A ver que?", todos los astros se conjugaron en mi contra y se llevan riendo de mi desde entonces. Pero yo soy más lista, porque antes de que se rieran ellos yo ya me había reído de mi misma.
Llevo meses buscando, preguntando...realmente llorando por conseguir algún tipo de información sobre Santiago de Chile y sobre la Universidad a la que iré allá. Primer punto a tener en cuenta importantísimo: si están de vacaciones, take it easy. A esta conclusión llegas después de cientos de E-mails, de los cuales esperabas contestación, que mande a la universidad de destino pero a los que nunca encontré respuesta. Claro, si nuestro enero es "su agosto", normal que todo el mundo trabaje menos que las mangas de un chaleco, ¿o no hacemos nosotros lo mismo?. Así que primer consejo: mira a dónde vas, donde fueres haz lo que vieres, ¿no? pues si ellos están de vacaciones, piensa en verde y relájate, jamás esperes una respuesta en plenas vacaciones sino quieres desesperarte como yo lo hice.
Al final la información más útil que encontré no fue de mano ni de mi universidad de origen ni la de destino, sino a través de internet. Me encontré con bastantes webs acerca del país, páginas donde conocer gente de allá... Pero existe una gran diferencia que me costó coger: allí es allá, pues allá se platica de forma bien distinta que acá y al principio no entraba en la onda de como arreglarla para arrendar un buen departamento amoblado en Providencia que estuviera a la vez cerca de donde estudiaré y para carretear. Difícil, ¿no? pues para encontrar lo que buscaba me las vi y me las desee, no porque no hubiera, sino porque no sabia que lo llamaban así.
Y hoy por hoy, lo único que tengo seguro es que me voy el 10 de marzo y vuelvo el 10 de agosto porque tengo el billete de avión entre mis manos (1300 lindos euros me dejé, los ahorros de media vida bien-gastados, todo sea dicho).
Pero sobre todo, algo más calmada en algunos aspectos, porque en otros no.